Don't look back

El título de esta entrada podría formar parte de una bonita canción si no fuese porque no es de eso de lo que voy a hablar hoy. En mi descanso del asesino trabajo de Análisis de los Mensajes en Periodismo Impreso (AMPI para los amigos xD) me han recomendado un juego flash.

La verdad es que es difícil que un juego de este tipo me encante de la manera en que me ha encantado Don't look back. Pero es que... es muy diferente.



¡Vaya gráficos, eh! Atari total. El creador ha dado en el clavo porque ha conseguido un juego extraordinariamente fuído e interesante con unos gráficos, que aunque a la antigua, transmiten hasta la última de las emociones que se pretenden hacer sentir al jugador.

Pero lo mejor de todo son la banda sonora y la historia, inspirada en el mito de Orfeo y Eurídice y con un final... Que no os voy a contar.


En fin, probadlo, que es muy cortito y os va a gustar mucho. A mí ya me ha enamorado.

¿Te acuerdas de... estas canciones?

Lo que traigo hoy, aunque más tarde de lo previsto, vale la pena ser esperado.



 Poco o nada os voy a decir de lo que he encontrado navegando por internet ayer.Sólo deciros que si crecísteis en los ochenta y no os despegabais de la tele; descargaos lo siguiente y escuchad, amigos míos...


Y que no se os borre nunca la sonrisa que se os quede al final. Porque es la de verdad.

Para Manu. ¡Por su paciencia! (O no... xD)

¡Prueba superada!

Escribo esta breve entrada para decir que... ¡he aprobado Derecho!



La verdad es que estuve muy nerviosa durante los días de espera, porque no me quedé del todo convencida con la práctica que me tocó. Soñe durante dos días que me decían que aprobaba y luego no era así. Pero la realidad es que cuando miré el tablón y ví la nota, imaginé a la voz de Street Fighter diciendo "you win!" y aproveché que no había nadie en el pasilo en ese momento para hacer el baile de la victoria y dar un par de saltos.

Ya sólo dos de primero. El miércoles a por la siguiente.

Para mañana tengo preparado algo muy especial para los nostálgicos. ¡De regalo por estar tan contenta!

Examen de Derecho Constitucional y Político

Ha llegado el día en que he de enfrentarme a la primerade las tres asignaturas que dejé aparcadas el año pasado. Hoy, a las cinco de la tarde, tengo el examen de Derecho.




La verdad es que es todo tan interesante... estudiándola me he enterado del proceso a seguir si se quiere llevar a cabo una reforma de la Constitución; el modo en que se reparten los votos tras las elecciones y que el Rey en realidad es un "mandado" del texto constitucional, entre otras muchísimas cosas.

El problema es que con esta asignatura siempre me pasa que empiezo a estudiar y creo que voy bien y de repente llega el día anterior al examen y me faltan un montón de cosas aún por aprenderme. Es demasiado larga, y no es fácil memorizar ciertas cosas.

Aún así, creo que hoy estoy preparada al menos para aprobar, ¡así que deseadme suerte! (Aunque espero no necesitarla)

Nuevo disco de Evanescence en 2010

Hoy es un día terrible. Estoy en el trabajo con un dolor de cuello y cabeza que presagia mal tiempo. Desde mi accidente de coche del año pasado, mi cuerpo se ha convertido en una especie de estación meteorológica. Puedo predecir la lluvia y el mal tiempo de la forma más molesta posible: me duele todo.
Yo prefería ver el tiempo en la tele, aunque a veces se equivocara...

Pero algo ha cambiado mi perspectiva. Esta gente va a sacar nuevo disco el año que viene:



Y teniendo en cuenta que cada vez que sacan un disco nuevo soy abducida por él durante meses hasta que me sé la última letra de la última canción, preveo que el año que está a punto de llegar va a ser muy interesante.

No sé lo que tiene Evanescence. Quizás sea la voz de Amy Lee, mezzosoprano. Quizás sea el piano que acompaña a todas y cada una de sus canciones. Quizás las letras, tristes y directas. Quizás mi manera de identificarme con ellas cuando conocí al grupo. Quizás las frases desgarradoras que se dejan entrever en las canciones. Quizás su excelente combinación entre lírico y rock. O quizás todo junto.

La música de este grupo es diferente y única. Nadie suena ni sonará nunca como ellos.

Para ir abriendo boca, os dejo con el último videoclip oficial de The Open Door su último cd, publicado en 2006. La canción se llama "Good Enough" y no puede más perfecta.




Puede que me haya dejado llevar por un cierto fanatismo a la hora de escribir esta entrada, pero tiene justificación. Yo pensaba que este grupo estaba muerto y enterrado. No sabeis cuánto me alegro de que no sea así.

Odín Sphere... o cómo enamorarte de una BSO

Odin Sphere es un juego de rol para PS2, de Square - Enix. Sólo por eso ya era previsible mi inevitable atracción hacia él (aunque últimamente la compañía está dejando mucho que desear) Pero es que este juego tiene muchos encantos. Demasiados para ignorarlo.





Primero: sus gráficos y perspectiva.

A pesar de ser uno de los últimos juegos que salió para Playstation 2 antes de la aparición de la nueva generación de consolas, sus gráficos evocan un estilo retro al que es difícil resistirse. Su perspectiva lineal (te mueves hacia la izquierda o hacia la derecha de la pantalla, sin más) hace que recuerde los juegos más entrañables de mi infancia. Y ya sabéis a estas alturas cómo soy yo con las cosas de cuando era peque.

Segundo: Sus personajes y ambientación.

Vives  la historia desde la perspectiva de cinco personajes diferentes, uno por uno. Esto hace que los acontecimientos se entrelacen mientras vas jugando de una manera, cuanto menos, deliciosa. El que te parece el "malo" en la partida con el primer personaje, puede dejar de parecértelo cuando tú juegas con él y entiendes sus motivaciones.
Si no sabes nada de mitología nórdica, no te preocupes, cuando termines el juego sabrás.

Pero lo que realmente me hizo enamorarme él, a pesar de todo lo dicho es esto. Abrid bien los oídos:



No me enganchaba tanto a la Banda Sonora de un juego desde Final Fantasy IX. Ya iba siendo hora de que volviese a pasar. Es magia que retumba en los tímpanos.

¿Te acuerdas de... las muñecas de famosa?

Ahora que se acerca la Navidad y las televisiones nos bombardean sin piedad con miles y miles de anuncios de juguetes, películas navideñas absurdas, otras buenas, otras que repiten el mismo día del año todos los años, etc; he decidido reavivar la sección nostálgica de mi blog con un anuncio bastante añejo:





Este es el anuncio de 1970. En esta época no había nacido, pero la melodía sí que me es familiar porque durante mi infancia conviví muchas navidades con este otro:




Pero después ha habido varias versiones más. Como la de 1994




Y 1999 (para mi gusto la más sosa de todas)



Lo gracioso esto es que todos alguna vez hemos imitado a las muñecas pegándonos los brazos al cuerpo y dando pasitos pequeños mientras cantamos la cancioncita. O aún peor (y más divertido) hemos ridiculizado a alguien cantándola mientras caminaba. Yo tenía mi versión particular de la canción dedicada a cierto elemento que vivía por mi calle... pero esa es otra historia.

Qué recuerdos...

¡A jugar fuera!



"Hace un día precioso.Quiero que salgas a la calle a jugar"

El chiste es muy bueno, pero esta viñeta cómica podría expresar la realidad de miles y miles de niños y adolescentes de hoy en día. Sólo hay que hacer una comparativa entre el día de Reyes de cualquier año de la década pasada y el mismo día de cualquier año de estos últimos.
Antes, esa mañana era una fiesta en la calle, y no del botellón precisamente, sino de los niños. Todos los pequeños del vecindario salían a la calle a jugar con sus juguetes nuevos: bicicletas, coches teledirigidos, cometas, balones de fútbol... cualquier cosa. Y todas eran para compartir.

Pero ahora la realidad ha cambiado. Sales a la calle la mañana del 6 de enero y te encuentras con que no hay niños... todo está desierto.
Pero si miras por las ventanas de las casas (un poco indiscretamente) verás que los que antaño se reunían para enseñarse sus juguetes, ahora están congregados frente al televisor del salón, con un mando en la mano y la mirada fija en la pantalla. Sin saber lo que hay fuera, sin compartir con nadie.
Y cuando les dices: "Vamos a visitar a la tía Flora (introduce aquí, lector, el nombre de tu tía favorita) para darle sus regalos", los niños contestan con una sonora llorada, que sólo puedes silenciar diciéndoles "Llévate la consola portátil".

Y mientras la pobre tía Flora (vuelve a introducir aquí, lector, el nombre de tu tía favorita) le enseña con toda la ilusión del mundo los regalos al niño; él no le hace ni caso, porque está a dos centímetros de meterse dentro de la pequeña pantalla de la consola.

Yo también fui una niña jugona. Me encantan las consolas y aún hoy juego una partida o dos cuando mis ocupaciones me lo permiten. Pero nada me hacía disfrutar más que salir a la calle a llenarme las manos y la ropa de tierra con mis primos y los niños de por allí.

Ojalá los niños vuelvan a serlo algún día...