"Perdóname, Loly"

No. No es que me haya vuelto loca (del todo) aún. Es que hay cosas que, irremediablemente provocan una sonrisa.
Este mediodía, cuando conducía hacia mi casa tras salir de la Universidad, ví a lo lejos algo que me llamó la atención. Una sábana blanca colgaba de la barandilla de uno de los puentes que la atraviesan. La sábana estaba escrita con spray de grafitero y rezaba:

"Perdóname, Loly."

Y yo, como cualquier otra persona, sonreí.

Es curioso, porque a los dos minutos ya había imaginado perfectamente cómo había sido la situación: ella habría malentendido las cosas y él le está pidiendo perdón porque no puede vivir sin ella. Pero...
¿Y si no? ¿Y si el príncipe azul que escribió la pancarta y la colgó en un acto de aparente amor vívido y verdadero, fuese en realidad el mismísimo lobo vestido de cordero?

Da igual, porque siempre, siempre que veamos cosas así, sonreiremos. Siempre se nos podrá cara de estúpidos mientras pensamos "qué bonito" o "cuánto la quiere".

En todo caso, para la aludida: Si no encontraste en esa persona a tu ideal para compartir el resto de tu vida, siempre puedes quedarte con el Príncipe de las Hadas hasta que encuentres a alguien de verdad.



A mí siempre me hace sonreír...

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